Un meteorito que golpea en algún lugar de la Tierra podría causar ondas de choque que se propagaran por su interior, y ocasionar erupciones volcánicas en otras partes del mundo.

Imagen cortesía: New Scientist

El impacto de un meteorito de gran tamaño podría generar ondas sísmicas capaces de cruzar el interior de la Tierra, amplificar actividad volcánica muy lejos de allí, y desencadenar episodios masivos de vulcanismo. Dos eventos de esta naturaleza podrían ser explicados de esta forma, el de las erupciones masivas de las Trampas del Deccan, las cuales coinciden con la época en la cual se extinguieron los dinosaurios hace 65 millones de años (asociada esta última con el impacto de un meteorito en Chicxulub, México); y el de las erupciones masivas de las Trampas Siberianas, directamente asociadas con la peor extinción masiva hace 250 millones de años.

Ambos episodios han sido explicados por los geólogos como el resultado de puntos calientes (hotspots) de lava (similares a los de Hawaii y Yellowstone) muy activos. Pero el paleontólogo Sankar Chatterjee (Texas Tech University) dice que fue el impacto de un meteorito de unos 40 km de diámetro en India hace 65 millones de años lo que hizo que la actividad volcánica de las Trampas del Deccan, que hasta entonces era moderada, se intensificara dramáticamente, aunque muchos expertos discrepan acerca de la posibilidad de que este impacto realmente haya sucedido. Sin embargo, esto no descarta otra posibilidad: que el impacto de Chicxulub (mucho mejor documentado) haya sido el detonante de la actividad volcánica en las Trampas del Deccan. Para los geólogos, acostumbrados a pensar que la geología sólo tiene que ver con fenómenos que se originan bajo sus pies, esta idea podría parecer contraintuitiva, pero quizás tendrán que acostumbrarse a vivir con ella.